-La ozonoterapia está basada en los efectos benéficos del gas en el organismo que son muy variados. El ozono actúa como antioxidante; inmunomodulador (estimula a los glóbulos blancos, lo que aumenta las defensas del organismo ante agresiones externas como las infecciones, y la detección de células mutágenas que pueden producir cáncer o enfermedades autoinmunes); además a nivel de los glóbulos rojos se incrementa la liberación de oxígeno generando un mayor transporte de oxígeno a las células, mejorando la función celular y la circulación en general; y también es un poderoso germicida: elimina hongos, bacterias y virus.
Este conjunto de beneficios hace que las aplicaciones terapéuticas también sean muchas y para distintas enfermedades. Desde carcinomas; esclerosis cerebral y parkinson; hasta cistitis, trastornos circulatorios, cirrosis hepáticas, hepatitis y enfermedades vesiculares. También se tratan enfermedades reumáticas en general, poliartrosis, hernias discales, artrosis, tromboflebitis y varices; gangrena y ulceras diabéticas; colitis ulcerosa, colon irritable, eczema anal, fisuras y fístulas anales, hemorroides e infecciones genitales.
El ozono también se utiliza para curar la piel. Y el abanico de patologías es muy amplio: cicatrices, heridas resistentes a la cicatrización, dermatológicas en general (abscesos, fístulas, forúnculos, acné, etc.), quemaduras, hongos en general, herpes simple y zoster.
La ozonoterapia se utiliza con mayor frecuencia en las situaciones en que la medicina alopática no encuentra los efectos deseados. En el caso de pacientes en situaciones crónicas o críticas que hacen peligrar su vida o algunos de los miembros, como gangrenas, úlceras o problemas de visión, en especial cataratas, así como también infecciones generalizadas y problemas circulatorios.
El ozono para uso medicinal es una mezcla de oxigeno-ozono, que se logra por el paso de oxigeno puro por una descarga eléctrica de alto voltaje y alta frecuencia. Esta reacción química, realizada por un equipo especial de electromedicina, produce un gas con distintas concentraciones de ozono, acorde a la patología y el tratamiento. El gas, al entrar en contacto con el organismo produce cambios químicos terapéuticos.
El oxígeno-ozono al entrar en la sangre reacciona con los ácidos grasos insaturados convirtiéndolos en ozónidos y luego en peróxidos. El hierro de la sangre actúa como catalítico. Esta reacción hace que la hemoglobina libere oxígeno adicional en el torrente sanguíneo, se puede comprobar por el leve aumento de la presión arterial y el descenso de la presión venosa. Por otro lado, el aumento de los peróxidos favorece la oxidación celular y fortalece el sistema inmunológico.
El ozono cura porque mejora el metabolismo en forma integral. Por un lado, la circulación sanguínea mejora en los tejidos afectados. Por otro, el transporte de oxigeno y, por lo tanto el suministro de energía a las áreas inflamadas, es mejorado. Y también el sistema inmunológico es influenciado o estimulado de forma positiva.
Las aplicaciones de la ozonoterapia vienen determinadas por
sus propiedades antiinflamatorias, antisépticas, de modulación
del stress oxidativo y de mejora de la circulación periférica
y la oxigenación tisular. Esto determina el amplio número de
patologías en las que resulta de utilidad, sola o,
habitualmente, como tratamiento complementario.
Las concentraciones y modo de aplicación varían enormemente en
función del problema a tratar, ya que la concentración de
ozono determina el tipo de efecto biológico que produce y el
modo de aplicación marca su ámbito de acción en el
organismo.
Así pues, se pueden beneficiar de la ozonoterapia las
patologías con origen inflamatorio, infeccioso, isquémico y
con alteraciones del stress oxidativo.
-APARATO LOCOMOTOR:
Artrosis (cadera, rodilla, columna, …)
Artritis Reumatoide y otras artritis autoinmunes
Entesitis, bursitis y tendinitis
Fibromialgia reumática
Hernia discal y conflictos discorradiculares
Estenosis de canal
Síndrome del túnel carpiano y otras neuropatías periféricas
Tratamiento local de procesos sépticos (osteomielitis)
-APARATO CARDIOVASCULAR:
Varices y úlceras varicosas
Pie diabético
Tromboflebitis
Arteriosclerosis
Escaras
Claudicación intermitente
Insuficiencia venosa y linfedema
Rotura de capilares
Cardiopatía isquémica
GERIATRÍA
Cansancio y fatiga crónica
Pérdida de memoria
-DIGESTIVO:
Hepatitis víricas (B y C)
Colitis ulcerosa
Enfermedad de Crohn
Fistulas perianales
Hemorroides
Proctitis
Ulcera gástricas
Estreñimiento
-MEDICINA ESTÉTICA Y DERMATOLOGÍA:
Lipodermitis indurativa y lipodistrofias localizadas (CELULITIS)
Lipomatosis
Acné
Procesos eczematosos
Herpes Simple y Zoster
Micosis
Quemaduras
Cicatrices
Viriasis cutánea
Psoriasis
Mucositis
-OFTALMOLOGÍA:
Glaucoma de ángulo abierto
Neuropatía óptica
Retinosis pigmentaria
Degeneración macular senil
-ODONTOLOGÍA:
Gingivitis
Blanqueo dental
Caries
-OTORRINOLARINGOLOGÍA:
Amigdalitis crónica
Faringitis infecciosa
Síndrome vestibulococlear periférico
-GINECOLOGÍA:
Vulvovaginitis de repetición
Infecciones genito-urinarias por virus, hongos y bacterias
Mastodinia
Procesos inflamatorios y abscesos de mama
Complicaciones sépticas obstétricas y puerperales (infecciones postoperatorias en cesárea)
-NEUROLOGÍA:
Cefalea vascular
Cefalea en racimo
Depresión
Migraña
Enfermedad de Parkinson
Demencia senil
Arteriosclerosis cerebral
Alzheimer
-UROLOGÍA:
Isquemia y reperfusión renal
Impotencia de origen vascular
-INMUNOLOGÍA
Coadyuvante en la radioterapia y en la inmunodeficiencia adquirida